enero 02, 2015

¡Feliz Cumpleaños, mi Estimado Jesús!




San Antonio, Diciembre 24, 2015

Querido Jesús,

Me estoy adelantando unas horas a tu cumpleaños, pero prefiero saludarte ahora porque después estaremos muy ocupados en los quehaceres navideños. Los regalos para los chicos, las tarjetas para los grandes, los platos para la cena y los regalos de última hora que siempre complican esta noche. 

Pero todo sea por la unión familiar, las lindas luces en todas partes y los árboles de Navidad tan hermosos por doquier. 



Además, Papa Noel, o Santa Claus, como quieran llamarlo, se ve tan dulce y bonachón, que siempre termino contagiado por aquello que llaman la Magia de Navidad o el Espíritu Navideño.

Se sienten intensamente los villancicos, siempre los mismos, tan bonitos y emotivos, y que a todos nos traen recuerdos de otras épocas, con mucha gente querida que ya no está con nosotros.

Como comprenderás, es muy fácil olvidarme de saludarte por tu cumpleaños. Ya sé que para ti no es tan importante, pero si te pusieras en mis zapatos entenderías lo que intento decirte.

También sé que es soberbio y arrogante de mi parte pedirte eso, ya que soy uno de los miles de miles de millones de humanos que han pasado por este planeta, y ni siquiera uno importante; mas bien diría que debo estar catalogado en el promedio inferior de la humanidad. Ninguna calle lleva mi nombre, ni he salido en los periódicos o la televisión y aunque me hubiera gustado mucho, no hay ni habrá ningún monumento a mi memoria. ¿Algún colegio, aunque sea chiquito? No.

He cometido más errores que aciertos y a excepción de algunas personas que me quieren más de lo que merezco, no puedo decir que haya hecho alguna diferencia en este mundo existiendo o no.

Pero justamente por eso, te pido que comprendas mi posición. Con lo insignificante que soy, me encanta, me fascina y me entusiasma que me saluden por mi cumpleaños. Las breves notas, los saludos personales, los maravillosos comentarios de mis hijas y de la gente que me quiere, simplemente me hacen feliz, muy feliz.
No me interesan los regalos, y me parece haber perdido interés por muchas cosas materiales. Debe ser por la edad. Quizás porque con ella me ha llegado una poca, no mucha sabiduría de la cual carecía por completo en mis años jóvenes.

El saber que la gente que yo quiero también me quiere es mi mejor regalo y hace que mi cumpleaños sea espectacular e inolvidable.

Entonces me pregunto, si yo lo paso tan bien en ese día, ¿por qué la gente que te quiere no hace lo mismo por tí?

Me vas a decir que esas son cosas que no tienen mucha importancia, que tú sabes que la gente te quiere y te recuerda todos los días. Bueno, yo quiero y recuerdo todos los días a mi mujer, a mis hijas y a mi nieta, y eso no hace que no me preocupe por asegurarme que la pasen estupendamente en sus cumpleaños.

Y me dirás que lo que importa no es que te quieran sino querer, que amor es dar y no recibir, en fin, argumentos sólidos y lógicos para que tu celebración de cumpleaños pase desapercibida entre pavos, panetones, chocolate y regalos. Que sabes que en el fondo, te recuerdan y que la gente dice siempre que no hay Navidad sin tí, pero que todo el ambiente es tan encantador que es comprensible que se olviden que cumples años. .

Puede ser. Tú eres el que manda, pero yo siempre fui reclamón y mete lío, así que te pido con todo respeto que me disculpes, pues te deseo de todo corazón ¡que pases un cumpleaños espectacular!

Yo por lo menos, pensare más en tí que en Papa Noel y en mi pavito con puré de manzana.

¡Un abrazo muy grande de este ser humano que a pesar de todos sus errores y defectos, y que te para fallando a cada rato, te quiere mucho!
Fernando